Las siguientes acciones son un ejemplo de buen Espíritu:
Retractarse de un llamado cuando se piense que este no era correcto.
Pedir la opinión de jugadores del equipo contrario que se encuentren en el banquillo sobre jugadas discutibles.
Felicitar a un oponente por una buena jugada o por buen Espíritu.
Presentarse a los oponentes; y
Reaccionar de manera tranquila ante desacuerdos o provocaciones.